¿Dónde apareció el porno por primera vez, en Europa o Asia?

La pornografía es la representación de los deseos de las personas por los apetitos corporales, una de las más antiguas y magníficas de la naturaleza humana. Desde los primeros días de la pornografía en forma de libros, revistas, videoclips, películas, esculturas, dibujos, pinturas, animaciones o incluso imágenes están complaciendo a las personas con el propósito de la excitación sexual.

Me encanta ver un video emocionante con pornografía y explorar todos los demás contenidos para adultos disponibles en línea. A veces, esta misma pregunta viene a mi mente también. E hice mi investigación en Internet para descubrir que en realidad apareció pornografía por primera vez. Lo que descubro es que existió durante la prehistoria y a través del arte rupestre. Pocas excavaciones romanas y de Pompeya nos cuentan su existencia durante ese período.

Se sabía que la pornografía moderna comenzó su viaje con Fanny Hill, una novela de John Cleland y se publicó en Inglaterra. En forma de videos, apareció por primera vez después de la década de 1920 en Francia y Estados Unidos.

Entonces, está muy claro que el porno aparece por primera vez en Europa, no en Asia. Pero en las circunstancias actuales, se ha extendido por todo el mundo, incluida Asia, y muchos emocionantes sitios de tubos nos satisfacen a muchos. Personalmente, me fascinan algunos de los mejores y más cualitativos sitios.

Google es tu amigo:

Historia de las representaciones eróticas – Wikipedia

Erotica antigua: arte a traves de los tiempos

Y la respuesta parece ser que los primeros ejemplos encontrados están en Europa, pero no apostaría a que no haya ejemplos de África. Sin embargo, el clima allí está en contra de todo lo que no fue tallado en piedra que sobrevivió durante mucho tiempo.

Los humanos siempre hemos usado el arte con fines eróticos y probablemente siempre lo haremos. ¡Hurra por nosotros!

(Por cierto, llamarlo ‘porno’ lo hace sonar como una especie de monstruos alienígenas que infestan el mundo. Vagando por enormes hordas, moviéndose esponjosamente y agitando sus tentáculos de formas peculiares … Muy bien, me pondré el abrigo …)