Esa es la pregunta para la que no pude encontrar ninguna respuesta mientras vivía en el Reino Unido.
Si algún ciudadano de un país miembro de la UE decidiera establecerse en Italia, habría tenido que cumplir un par de requisitos: registrar su dirección de residencia y obtener un “código fiscal”.
Esto se debe a que el gobierno tiene derecho a saber dónde vive y cuánto es su ingreso. Sin una dirección registrada y un código de impuestos, nadie puede alquilar o comprar un lugar para vivir, conectar servicios públicos, comprar un vehículo, conseguir un trabajo e ingresar a la mayoría de las transacciones que involucran un intercambio de dinero versus bienes y servicios.
Además, sin cumplir con dichos requisitos, nadie puede obtener una tarjeta de seguro de salud de SSN (la versión italiana del NHS del Reino Unido), y no sería elegible para recibir atención médica fuera de los servicios de emergencia.
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Mientras que en el Reino Unido el único requisito para que los ciudadanos de la UE se establezcan es simplemente alquilar una casa o un apartamento en cualquier parte del país, y una vez que la factura del Consejo de Impuestos llegue a su buzón, use su recibo de pago (o cualquier factura de servicios públicos a su nombre) como prueba de residencia, que será aceptada por cualquier banco o empleador u oficina gubernamental.
El hecho de que el gobierno británico no implemente un sistema de registro de residencia adecuado es la raíz de sus problemas con la inmigración sin restricciones de los estados miembros de la UE. Italia puede eliminar por la fuerza de su territorio a cualquier ciudadano de la UE que haya cometido delitos graves o se descubra que está abusando de los servicios de asistencia social (que son mucho menos generosos y accesibles que los del Reino Unido). El Reino Unido simplemente no puede hacerlo porque su gobierno decidió no hacer uso de las disposiciones de la directiva CE 2004/38.